Un abrazo, y nos dijimos adiós…

Un abrazo, y nos dijimos adiós…

Hoy leí una frase del Dalai Lama que decía “Dale a tus seres queridos alas para volar, raíces para volver y razones para quedarse”. Las relaciones interpersonales de cualquier nivel tratan de eso. Es tan difícil conectarse con la gente que te rodea. De joven crees que es fácil, y cuando creces o te vuelves cínico o aceptas que no todos valen ese tiempo cosechando los trigos en el campo por años, con tal de saludar.

Cuando conocemos a alguien, lo mejor es tomarse unos minutos y darse un abrazo. Siempre preparados para decirse adiós. El tiempo nos cambia, y las circunstancias nos acercan o alejan como la marea a la orilla del mar. No nos volvemos difíciles, sino simplemente nos preparamos para lo posiblemente inevitable. La pérdida de las personas que te rodean van de la mano con la aparición de personas que transicionarán  entre momentos e instantes que inconscientemente compartiremos con ellos.

“…Un abrazo, y nos dijimos adiós…esa fue la última vez que nos vimos. Esa fue la última vez que sentí su aroma…” Cuando uno recuerda eso, es fácil despedirse de las personas que se alejan de tu vida por muerte, odio o situaciones externas. Todos, cumplimos un ciclo en la vida de las personas, cual engranaje que ronda y nos permite  unirnos por momentos breves donde disfrutamos la mecánica del tiempo girando sobre nosotros; nosotros siendo el tiempo mismo y levemente alejándonos hasta decir adiós…

La próxima ves que te alejes de alguien, da un abrazo y di adiós. Entonces sonríe, pues las probabilidades de coincidir en el engranaje del tiempo fueron mínimas y aún así, sucedió.

Kabisuwa

Stevens es INTJ, artista costarricense. Productor y Director audiovisual.