La arena; o como me embriagaste con tus besos un atardecer de noviembre
Todos los hombres tenemos un ideal de mujer; algo sobre lo cual escribir cuando nos inspiramos en abstracto. Hoy me estuve preguntando, como describiría a la mía; a mi ideal de chica si la conociera…. Así, cierro los ojos por recomendación de una amiga, y la imagino…y se me ocurre pensar en su particular sabor a anís al sudar de nuestros cuerpos…
Entonces escribí un pequeño poema para no perder la costumbre.
El anís
Tus labios pequeños
carnales y violentos
me sonrien cual azafrán,
al morderse un poquito entre sí
imagino lo que harías
de acortar nuestras distancias
bestia nocturna; bestia sexual.
tu silueta, en la noche,
se escapa a tu cuerpo
y me arremete,
embriagandome cual licor al paladar,
tu cuerpo sabe a anís,
y de ti me deseo emborrachar
madrugadas hasta agotar
noches enteras que disfruto
de lo adictivo de tu mentolado aroma,
cautivo, arriesgado, humedo;
Noches enteras que te siento,
suavemente escabullirte por mi garganta,
llegar hasta los adentros de mi
cuerpo y morder.
Eres una pasión, rebelde, indomable, adictiva…
Y cuando llega la mañana, te veo descansar,
el licor se ha disipado más tu cuerpo
al calor de nuestros cuerpos al desnudo
aun recuerda al anís.
Soy feliz al recuerdo de lo acontecido.
Soy feliz al verte dormitar.
Soy feliz al verte.
Soy feliz.