Luna, ¿dónde estás pequeña diablura?
A ratos veo la luna y veo un poquito de esa mujer en ella. Fuerte, rocosa y con su sonrisa, del lado escondido de ella que cuando se aprecia, como el cuarto menguante, oh! cuán linda es la luna rompiendo ideales…
Interesantemente, no he vuelto a escribir. Claro, el proceso de trabajo para la exposición de fotografía y poesía que recién inauguré fue muy agotador y productivo a la vez. Prometo compartir unas cuantas fotos esta semana. No obstante, siento que ya dije lo que quería decir por unos días. Decir más que lo necesario a veces sale sobrando y con qué motivo? Vale, que crear un concepto y exponerlo al ojo crítico social es agotador, y cualquier artista necesita un descanso emocional.
Es irónico si se analiza desde el punto meramente creativo. ¿Cuál artista no desearía una musa para inspirarse con mayor facilidad y remover ese estrés del bloqueo creativo? Yo no voy a negar que así, la creatividad fluye naturalmente. Pero entonces, a esa luna, ¿cuán motivante es verla rompiendo sus propios esquemas? para hacer las cosas de una forma distinta a como se habían hecho antes.
