Una foto: momento que respira a la admiración de su perfume
Me encuentro en cama al momento que escribo esto y la observo dormitar. Quisiera tener una cámara para poder fotografiarla. La silueta de un futuro bajo la dictadura del pasado, el perfume de su cuerpo impregnado en una idea, yace conmigo, pero aun no está ahí.
Pasado, presente y futuro impregnados por una idea, inocente e ingenua como la de mi mascota fotografiando mis mañanas mientras preparo el desayuno. Me sonríe al ladrido matutino.
serait-ce possible alors? pregunta mi inconsciente parisiano, soñando con el París de los 20’s, en las afueras, au gare du nord… La fotografía que tomo, me eriza los cabellos al sentir su aroma recorrer las grietas de la porosidad de aquel papel de mi vieja cámara polaroid. No estas ahí; no existes, y aún así nos haces temblar.
Mi mascota y yo nos hemos resignado, a que los fantasmas en la cama se apersonen de ves en cuando. Pero si el futuro llega y el pasado nos coquetea, tal vez tomemos una foto al ladrido de su elección, del perfume de la futura silueta que se pierde en la noche, en la cama, esperando se mantenga sin disipar, abstractamente en una fotografía que no hemos tomado.