Diez Reglas de la vida… Perdonar
“Antes de perdonarnos, debemos entendernos…” Emma Goldman
Hace algunos eones atrás mi vida cambió, tal vez simplemente me volví viejo, quien sabe; o por el contrario, decidí que era el momento perfecto para cambiar. En mi escritorio de trabajo, a inicios de este año había empezado un pequeño proyecto que incluía comenzar un blog, compartir más con mi familia, e incluso arriesgarme un poco más. Aprender a entender un poco más las profundas ramas del ser HSP, dibujar sonrisas de la chica que ignoraba mis miradas todos los días mientras la veía cruzar a la acera del frente, entre otra serie de cosas.
Uno de los garabatos hechos notas en mi escritorio indicaba la posibilidad de crear un proyecto titulado “Diez reglas de la vida”. Me inspiraba un poco en la filosofía budista que permea el concepto de Maipenrai. Si la vida pudiera regirse por una, más estructurada filosofía de vida, cuáles serían mis diez reglas? Ese fue el concepto…
La vida me dio algunas sacudidas y me perdí, en palabras de Lovecraft, hacia lo desconocido. Y así, regresaba una extraña tarde, un dieciocho de febrero pensando en cuanto debía concluir ese proyecto. Así que luego de hacerle cabeza por algunas semanas logré encontrar mis diez reglas de vida. La primera de ellas : Perdonar. En las próximas entradas, espero compartirles un poco de ellas y ojalá se identifiquen un poco.
Decía Emma Goldman, “Antes de perdonarnos, debemos entendernos…”, que tan cierta resulta la frase cuando vivimos en una sociedad que juzga fuertemente a los otros sin realizar una autocrítica. La gran mayoría de las veces, en las relaciones interpersonales, la culpa no corresponde a uno de los dos, sino a ambos. Ambos, como el concepto entrelazado que nace de compartir éxitos y fracasos con la gente.
Perdonar implica entender el efecto dominó de las acciones en el universo. Perdono porque entiendo lo que vivía la otra persona en su propio mundo, para haber tomado el camino que tomó, aun si no lo comparto; aun si fue una mala decisión, entiendo. Perdonar luego de entender, no antes, no por compromiso, simplemente porque sientes que debes.
Cuando entiendes y perdonas, un abrazo es más cálido al tacto del pasado que se disipa con la brisa de la noche…. y te permite seguir….