La constante (o cómo alteramos el mundo a nuestro favor ((física experimental, libro primero))
“En ciencias se entiende por constante física el valor de una magnitud física cuyo valor, fijado un sistema de unidades, permanece invariable en los procesos físicos a lo largo del tiempo. En contraste, una constante matemática representa un valor invariable que no está implicado directamente en ningún proceso físico.”
Soy un astronauta estudiando los misterios del universo. En el negro de la noche me encuentro con lo inexplorable. Al lugar donde el hombre no ha llegado y se osa a viajar…Soy un simple hombre que sueña con las estrellas, y el polvo que queda cuando explotan, cuando estallan, cuando piden un segundo para parpadear, y ser observadas…
Soy un estudioso silencioso de la física experimental de ese cuerpo de estrellas que componen tu universo, y los cambios que observo, sucediendo cientos de siglos atrás. Tu pasado, que regocijo verte pasar; ser, cambiar.
Las constantes matemáticas que parecían suceder en las ecuaciones que estudiaba junto a mis colegas en mis años de colegio, y una gran parte de la universidad fueron invariables a la ecuación, más nunca tuvieron un impacto físico. La matemática, como ciencia, he aprendido, es impersonal. La constante, aquel valor que esta ahí sin interactuar con el resto de la ecuación que le ve nacer. ¿Nos convertimos en constantes, de adultos?
Sin lugar a dudas, la matemática rige mi vida. Soy una persona confiada en números y ecuaciones. Por eso, cuando encontré mi constante perfecta, sabía que quería adentrarme en el universo y explorarlo.
En el Universo de sus ideales cabellos nebulosos, se enreda mi constante, mi constelación de libra, balanza de imperfecciones que hacen perfecto su brillar ….aquello que estaba ahí sucediendo a lo largo del tiempo y hasta ahora, como científico, he logrado observar causar un impacto en ese universo de lo que nos prometimos experimentar.
A veces me siento y huelo las estrellas. El rocío de las noches trae un poquito de ella; mi constante…en un universo que cambia cada segundo o que ha cambiado milenios atrás; mi constante ha hecho posible justificar la ecuación de esos momentos compartidos como la brisa en las tardes de noviembre…