Diez reglas de la vida…Confiar

Diez reglas de la vida…Confiar

La mejor forma de saber si puedes confiar en alguien, es confiando en ellos…” eran las palabras de Ernest Hemingway.

Debo confesar que aunque he deseado darle cierta continuidad a este blog, me ha sido dificil: por un lado una serie de asuntos de salud, tanto personales y familiares, como un par de temas laborales me han restringido de poder escribir de algo que sea significativo para mi desde la última ocasión. Las últimas entradas que he realizado han sido más reales, – pues siempre es más difícil hablar del presente tal cual es: sin saber a donde va, que rescribir algo -y con justa razón, pero también transcurre más tiempo entre ellas porque sentarse y plasmarlas no es algo que me desee tomar a la ligera.

Nunca me he considerado una persona religiosa, aunque si alguien que debo admitir, ha crecido muy espiritualmente desde un accidente allá en el 2011 si mi memoria no me falla. Con los años de mi odiosa juventud reforcé las palabras de Laplace a Napoleón, “je n’ai pas eu besoin de cette hypothèse” y con ellas evité un tema que en nuestra cultura se devora a diario.  La espiritualidad por otro lado, siempre me ha cautivado.

Los basamentos del budismo, la forma en que el Dalai Lama observa al mundo, la forma en que el universo funciona si naciese a partir de una apuesta que nosotros no podemos explicar; Los dioses hindúes, las batallas del dios mono y sus guerreros, y porque no mencionar el error de magnitudes gigantes que conforman un granito de arena en el universo negro que se expande, y ya incluso ha retornado a su forma original pero nosotros, no lo vemos todavía; y un poquito de todo esto se refleja en los simbolismos con los cuales me desenvuelvo; al ojo observador me desnudo cual libro abierto, cual noche despejada….

El viernes alguien se acercó y me dijo “…con los años me he vuelto más selectivo…” y no pude sino identificarme con esa frase. Menos personas se ganan mi interés, mi tiempo y confianza, pero particularmente esta última para conocer de mi. La confianza es sinónimo de dos cosas: la importancia que le das a quien recibe dicho sentimiento y  la aceptación unilateral de haber sido domesticado por la persona. Cuando confías en alguien, tu mundo cambia, tu universo se expande a miles de años luz como lo hace el vasto espacio que nos resguarda; aun si desde nuestra óptica el universo no cambia y nada se ha expandido, la confianza hace nacer miles de puntos nuevos por descubrir, solo necesitamos tiempo y paciencia para observar el cielo en una noche clara y entender: el momento y el lugar.

La última vez que confié, mi universo se hizo más amplio, vi que era capaz de mucho más de lo que pensaba, y aprendí mucho de mi – y de ella -… el efecto de las ondas en mi espacio no se ha detenido, pero soy consciente que ahora debo esperar y observar al mundo desenvolverse solo y apreciar. No es tan fácil cuando abres las puertas de verdad y te animas a explorar por el impulso de alguien. Entonces confías… El tiempo esconde el inicio, pero no el final; ese impacto que causó su abrupta irrupción todavía me conmueve y hace mi basta negrura temblar. Como la expansión y el dilema del espacio-tiempo como un continuum entregar la confianza es un riesgo al que nos vemos sometidos, porque el universo es más grande que lo que nosotros podemos observar; incluso nuestro propia oscuridad y solitud es más amplia de lo que creemos: hay tantas cosas en juego y tan poco que podemos entender en el momento, sino con el tiempo, como la luz desafiando la transgresión de lo que debía ser.

Confiamos porque nos han marcado las casualidades del universo; y cuando se confía, nunca se deja de hacerlo…Ya han impactado nuestro universo, en alguna parte oscura e inexplorada que solo estos dos seres entienden, nos han hecho temblar…y siempre bastará un hola, un simple saludo para recordarlo y saludar de vuelta.

Como dijo ese joven, yo también soy selectivo, porque escojo a quién vaya a causar estragos en mi universo y a quien quiero recordar como la causa de las arrugas del tiempo; aquellas inexploradas sonrisas que me motiven a observar con un telescopio y esperar ver como se desenvuelven y ver si tal vez nuevamente hacen estragos en algún lugar desconocido de mi universo, como cuando los vi por primera vez… Todo el universo desenvolviéndose en cadena generando una casualidad que desembocó en un hola!…

Kabisuwa

Stevens es INTJ, artista costarricense. Productor y Director audiovisual.