Sus ojos (o cómo ella también apreciaba la tristeza y el silencio)

Hace algunos meses no me sentaba a escribir algo. No era por falta de inspiración, o deseo de hacerlo. Comencé la migración de la página a un nuevo servidor y debía configurarlo de cero, pero bueno, aquí estamos….

Hoy me sentía un poco débil al comenzar el día. Uno de esos días emocionalmente complicados. Estuve pensando en cuánto había invertido, durante la mitad de mi vida, en mejorar todo aquello que en algún punto prometí hacer mejor. Me puse a pensar en los regalos de la vida. Me puse a pensar en la oportunidad que me ha dado el destino de tener a alguien junto a mi. En la familia que he tenido, en el tiempo que se va día a día. Creo que he sido afortunado.

Hoy particularmente, quiero hablarles de ella. Aquella joven con una sonrisa de pastel; y unos ojos que a la mirada del desconocido, parecieran cargados de tristeza se llama como el mar, en francés. Allá, donde el silencio de sus labios y sus ojitos se pierden mirando la noche, ella va calando cada día un poquito más como las olas que vienen y van de su -por temporadas- ondulado cabello. Cada instante va cargando su aroma, su recuerdo; ella va dejando su marca, como la arena y el mar, haciendo una costa, un delta para entrar mar adentro y ser estero.

Cuando tengo un día dificil, pienso en los pequeños detalles que ella tiene conmigo y eso me hace sonreir. Cuando tengo esos días dificiles, ella me sorprende con su cabeza recostándose sobre la mía. Entonces sonrío, porque estoy en el proceso de rehabilitación donde la dulzura de esa mujer, cala sobre los muros que durante mucho tiempo protegía mi silencio…. Entonces ella lo descifró.

Hoy no son pensamientos aleatorios, ni fantasía hecha ficción….Este es un extracto de la realidad, de este hombre, sentado en silencio mirando al mar; mientras éste le sonrie y se llena de felicidad.