Bailan las flores al canto del agua
La ilusión de un beso nos hace soñar como niños…y crecemos.Un beso que te despierte en la mañana, al menos durante unos años, y un abrazo. Un abrazo que haga enredadera en nuestras piernas y termine en la punta de nuestros dedos. Dormir como un baobab, desnudo a la interperie en un planeta que puedes hacer tuyo en rebeldía, siendo cuidado por alguien con alma de niño….Con flores a nuestros pies, danzantes al canto del agua de nuestras lágrimas. La alegría en momentos dificiles y como no dejamos de bailar. Somos niños caprichosos buscando felicidad.
Como artista, tal vez uno escribe algunos trazos de nostalgia entre una nueva cosecha de flores y almendras. Aun si las flores se marchitan, y llueve en tempestad, se espera que cambie la temporada y que cambie la dulzura del carmín recubierto por la ceniza de algún volcán. Como artista, tal vez uno pinta en trazos más simbólicos que las palabras, todo lo que quiso, quiere y querrá decir, pero lo hace por lo que significa, no por la añoranza. Como artista, no se deja de ser hombre y sentirse único al tacto de lo innombrable, manos que cuidan la tez cafe como la tierra de esos campos oligárquicos de nuestra niñez….
Aun con todo esto, bailan las flores al canto del agua, esperando que deje de llover….Moviendose con la dulzura de un pétalo atrevido rozando la brisa desnuda de una nueva época que está por llegar, en ese momento una flor bandida, escapa en rebeldía, no sin antes dejar una cicatriz en la tierra dulce de las montañas de Almarán.
