Dos visiones contrastantes: Reggio y Fricke
Estas últimas semanas he concluido el análisis de filmes relacionados con experiencias audiovisuales lideradas por Godfrey Reggio y Ron Fricke. Hablo acá de Chronos, Baraka y Samsara (de parte de Fricke) y de la Trilogía de Qatsi y Anima Mundi, de parte de Reggio. Debo admitir que ha sido un excelente viaje, aprendiendo detrás de las cámaras de cómo se realizaron las obras, qué motivaron a los directores y cual era el significado de cada escena.
No dejo de lado el admitir la existencia de otros directores. De hecho, dicho género ha cobrado muchísimo auge desde los 80s al punto donde hoy en día es común encontrar videos similares en Youtube y otras plataformas sin embargo, me parece relevante enfocarme en estos dos por el peso que han tenido dentro de la evolución del género en el cine.
La pregunta que debe hacerse es entonces, cómo ha sido el camino de estos directores en el aporte al cine y qué puede agregarse luego de analizar sus filmes. Parece importante recalcar que cada director evolucionó de distinta manera, coincidiendo principalmente en Koyaanasqatsi. Esto se debe principalmente a que Reggio no es director sino, alguien deseoso de transmitir un mensaje a partir de una experiencia personal actuando como director de forma empírica. Esto se ve reflejado en la cantidad de control que ha cedido a lo largo de sus obras como forma de aprender. Considero que Koyaanisqatsi es el mejor ejemplo, donde la obra se esperaba estuviese compuesta de tomas abstractas ejecutadas por estudiantes de teatro pero gracias a la visión de Ron Fricke, cambió dramaticamente.
Luego de eso, Fricke se separa y experimenta con Chronos y alcanza la cumbre en Baraka para finalmente regresar años después con Samsara sin alcanzar la misma calidad. Es destacable la fotografía, la técnica, y la visión que se ejecuta magistralmente particularmente en Baraka. Esta visión expande en cierto sentido lo expuesto en Koyaanisqatsi.
Por el contrario, Reggio decide continuar experimentando. De esta manera, mientras Koyaanisqatsi seguía los time lapses y escenas rápidas, la mayoría de Powaqqatsi es filmada a lo opuesto, de forma lenta y a 48 cuadros por segundo. Tomando eso en cuenta, no sorprende ver a Reggio experimentando una última vez en Naqoyqatsi.Al final, para este director lo importante era el mensaje y no el medio, mientras que Fricke se podría decir, destacaba por el planeamiento y forma metódica de trabajar.
Podría afirmar sin lugar a dudas que la cúspide de ambos directores se presenta en sus secuelas originales y la dificultad del género les evita, en el final de sus trilogías poder romper ese bloqueo creativo que afecta a los artistas.