Baraka. Un viaje a los basamentos de la humanidad.

Overview
Aclamado documental sobre la naturaleza del planeta Tierra. Rodada en 24 países diferentes, trata de captar la esencia de la naturaleza y la cultura de la humanidad y sus costumbres, al tiempo que señala las formas en las que el ser humano se relaciona con su medio ambiente. La aparente fragilidad de la vida humana es contrastada con la grandeza de sus obras, subrayándose la desigual relación entre hombre y naturaleza. Baraka no tiene argumento lineal, ni personajes ni diálogos, pero, en medio de estos enormes contrastes, la espiritualidad de la humanidad surge como el elemento más importante que la distingue de otras especies. Un mundo más allá de las palabras.
Resumen: Baraka es un documental que toma prestado muchísimas de las bases creadas por Koyaanisqatsi – documental de 1982 de Godfrey Reggio -. Esto último tiene mucho sentido tomando en cuenta que Ron Fricke director de Baraka, era el director de fotografía de dicho largometraje. Esta obra muestra un aprendizaje y evolución en la técnica y narrativa mostrada por Fricke en relación a sus trabajos y experiencia anterior. – algo que fue demostrado pero no en su totalidad en Chronos -.
En general, Baraka es un avance fotográfico y narrativo en el género y en el portafolio del director. Definitivamente una obra selecta que debe ser degustada por todo aquel estudiante de fotografía, de cine y escritor como mínimo así como una obra de análisis filosófica que nos hará replantearnos nuestros propios valores en el siglo XXI.
Formato: Para efectos de este análisis, se tuvo la oportunidad de revisar la remasterización que se realizó del filme hace poco más de una década al ser lanzada en Blu-Ray. Es de rescatar que el trabajo realizado resalta exquisitamente la fotografía del filme. Para esto, se escaneó el filme original – en 70mm – a 8K y de ahí fue reducido en tamaño a 1080p como una forma de resaltar los colores y vibrantes momentos capturados.
Dirección: Parte del gran atractivo de Baraka torna en relación a su fotografía, pero también a algunas consecuencias directas de las decisiones de su director. Uno de los más fáciles de destacar de forma inmediata es la utilización de 70mm como formato para filmar. Recordamos que históricamente Chronos fue filmada en IMAX y antes de eso Koyaanisqatsi fue filmada en 35mm. Es válido preguntar cual es la diferencia de utilizar uno u otro formato. Podríamos decir que entre más grande sea el milimetraje, no solo es más caro de filmar, sino también menos práctico – imagínese acá, equipo de mayor tamaño -, el margen de error es mínimo puesto que todo se maneja de forma análoga y el nivel de detalle capturado es mucho mayor – podría así, observarse con mayor facilidad el detalle de un mal maquillaje, un mal enfoque, etc. –
Según Fricke, si bien él fue únicamente el director de fotografía en Koyaanisqatsi, si resintió el filmar en 35mm, algo que generó que se aventurara a filmar Chronos en formato IMAX. Sin embargo, parte de sus aprendizajes con este filme fueron: la duración por un lado y el formato en IMAX causó restricciones al momento de distribución y proyección. Por esta razón, uno de sus planteamientos no fue solamente hacer un filme que pudiese considerarse largometraje sino también, filmar en 70mm – 65mm reales y el restante para abarcar la banda sonora – permitiría mantener su nivel de calidad estética sin comprometer la proyección y distribución del filme.
A nivel de dirección, Baraka es una evolución natural al proceso de filmografía en el currículum del director. Es una obra que en palabras del director fue un tercio fotografía, un tercio banda sonora y un tercio la suerte de capturar ciertas escenas – hoy icónicas – sin haberse planeado con anterioridad.
Fotografía: Sin lugar a dudas el punto más altos de este filme es la fotografía. Baraka fue filmada en 24 países con la intención de lograr traer a la pantalla una visión más global, algo que Chronos no había logrado pero Baraka si alcanza. Así, la mezcla de locaciones como China, Cambodia, Grecia, Brasil, los desiertos, las montañas, el Tibet y otros logran unificar la visión de un mismo mensaje independientemente del lugar.
Baraka retoma también, esas tomas de retratos, transmitiendo en silencio un sentimiento. Esto último la diferencia por completo de sus dos predecesores en este subgénero documental. Retratos colectivos e individuales brindan así una perspectiva más profunda sin transmitir palabras.
A nivel de fotografía, también se regresa a la utilización de time lapses como una forma visual de capturar momentos. La diferencia es, que los 70mm si logra esa inmersión y captura de detalle que hace de Baraka un filme único.
Banda Sonora: Una parte tan importante como la fotografía fue la creación de una banda sonora tan impactante e inmersiva como el resto de aspectos del filme. Algo curioso que hace Baraka distinta a sus predecesores, es que no recurre en su totalidad a una banda sonora. Por el contrario, algunas escenas mantienen únicamente el sonido ambiente. Esto es particularmente refrescante en escenas de rituales.
Aquellas escenas donde la banda sonora resalta de sobremanera son aquellas donde mezclan la naturaleza con el hombre – los time lapses donde esta mezcla ocurre y luego transiciona a una escena en tiempo real -.
Narrativa: Fricke ha admitido que mucho de lo que Baraka transmite partió de una visión pero no de story-boards u otras técnicas comunes en el planeamiento de una película. Así, las escenas fueron editadas como un rompecabezas, poco a poco, componiendo la música y ordenando las tomas poco a poco.
A diferencia de Koyaanisqatsi, no hay una definición final que guíe al espectador. Si hay a nuestro criterio, un simbolismo sobre la visión del filme representada en su escena inicial y final. La transición de un antes y un después que espera la obra tener de impacto en el observador, si bien no lo parece, es la mayor afirmación del director como legado y mensaje al espectador.
Unicidad: Baraka alcanza el pináculo de este subgénero en relación a sus predecedores en lo que se refiere a la unicidad de narrativa, y transición de tomas. Estas rara vez se sienten fuera de lugar, o aisladas en comparación con la banda sonora o el mensaje que se está intentando transmitir. Ayuda mucho el aprendizaje del director respecto a la duración del filme, pues parece que consigue suficiente tiempo para transmitir el mensaje de forma completa, algo que no alcanzó con Chronos.
En general, la obra se siente completa y el espectador termina satisfecho y con muchísimas preguntas no por falta de contenido, sino por un esencialismo filosófico que el director tira a nuestros ojos durante toda la obra.
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